Como parte de la compensación urbanística por la construcción de la PTAR Aguas Claras, EPM ha sembrado 13.300 árboles, los cuales, en su mayoría, se encuentran ubicados en Bello. Por esta razón, se han podido evidenciar desde el año pasado, la presencia de especies como la gallineta americana, el trepatroncos piquirrecto, el barranquero andino y el tucancito esmeralda, en el corredor biológico aledaño a la Planta de Tratamiento Aguas Claras, aves que no se habían avistado en el Valle de Aburrá
Sebastián David Pescador, profesional ambiental de la PTAR Aguas Claras, dice que ver más aves es una muy buena notifica para el ecosistema y que esto significa que “ha incrementado la oferta de sitios de percha, anidación, madrigueras, refugio y recursos para la fauna silvestre”.
De esta manera, la aparición de nuevas especies hace parte de la apuesta de recuperación ecosistémica a la que apunta la PTAR, como parte de la protección del agua y que va más allá del proceso que se desarrolla dentro de la planta y que aporta a que las cuencas hídricas externas estén más limpias.
Esta estrategia se implementa con tres acciones puntuales: la primera consiste en evitar que lleguen aguas residuales a 16 microcuencas de Bello. Esto se logra a través del alcantarillado, pues su propósito es evitar que el agua contaminada llegue a los cuerpos hídricos principales y secundarios que, a su vez, son brazos del principal: el río Medellín.
Como segunda acción está la reforestación, siembra y mantenimiento de los árboles cerca de las quebradas vecinas, como La Seca, Niquía, Santa Ana, Chagualones, El Hato, La García, La Guzmana, entre otras, las cuales hacen parte del cuidado de dichas fuentes hídricas. El mantenimiento se hace por cerca de cinco años, para garantizar la subsistencia de todas las especies vegetales que, en casi el 80 %, son nativas.
La tercera acción busca evitar que a los afluentes lleguen químicos contaminantes. Para esto, la PTAR convierte cerca de 120 toneladas diarias de residuos retirados del agua en biosólidos que sirven como fertilizantes naturales. A costo cero, son enviados a todo el departamento como una forma de devolverles sus nutrientes a las tierras que producen los alimentos del Valle de Aburrá y de evitar que el agua sea contaminada.
La apuesta de la PTAR Aguas Claras está enfocada más allá de retirar residuos del agua, también es contribuir a restaurar los ecosistemas y con ellos mejorar la calidad del agua desde sus fuentes.
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