El Proyecto Manantiales-Yulimar, conformado por una tubería de acero al carbón de un poco más de dos kilómetros de largo y 60 pulgadas de diámetro, inició obras en diciembre de 2019 y hace parte de un plan de inversión por $730.000 millones que EPM trazó para el municipio de Bello hasta 2023 y tiene el propósito de garantizar el suministro de agua potable hasta el año 2050.
Con esta obra se busca activar la salida de la planta de potabilización de agua de Manantiales para conectarla al sistema primario de acueducto en el sector denominado como “caja-anclaje” ubicado cerca de la vía Machado, antes del Tulio Ospina.
“De esta manera pasaremos de inyectar aproximadamente 4,6 metros cúbicos por segundo a 6 metros cúbicos cuando entre en servicio, en el segundo semestre de 2021”, explicó la ingeniera Eliana Guerra Pinzón, líder de este proyecto. De esta manera, la primera y segunda fase del proyecto permitirán que los circuitos de acueducto secundarios de Yulimar, Potrerito, Niquía y Altos de Niquía tengan la suficiente capacidad para prestar el servicio durante 30 años más.
De los 2.085 metros de la tubería, aproximadamente la mitad será instalada a campo abierto cerca de la autopista Medellín-Bogotá, por los barrios La Camila y La Gabriela, sectores en los cuales se instalarán pantallas de contención dadas las características geológicas del terreno y así evitar posibles deslizamientos. El resto de la tubería irá subterránea.
Para evitar el impacto ambiental y social, y dadas las dimensiones y la zona por donde avanza la construcción de las obras, EPM implementa un plan de manejo en diferentes sectores de Bello. Hasta marzo, antes de la crisis por la pandemia de COVID-19, se habían realizado reuniones informativas presenciales con la comunidad. Sin embargo, la sensibilización se continúa realizando a través de material publicitario.
“Hasta el momento tenemos un adecuado manejo de los residuos sólidos. En particular, para los residuos de construcción y demolición, hemos dispuesto 4.795 metros cúbicos de estos, de los cuales hemos aprovechado 529 metros cúbicos, lo cual equivale a un 11% y es una muestra de una buena práctica ambiental”, indicó Francisco Javier González, de la Gerencia Ambiental y Social de EPM.
Además, se destaca que, por aprovechamiento forestal, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá concedió permiso para la tala de 33 árboles, mientras Corantioquia autorizó la tala de 55 y el trasplante de cuatro. Por parte del proyecto, y como parte del plan integral de reposición arbórea, ya se tiene mapeado el espacio donde se hará la siembra de, como mínimo, esa misma cantidad de individuos a través de una alianza con la Corporación Cuenca Verde.
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