Por: Camilo Andrés Moreno Tamayo
“Clavados aparece a los 7 años, más o menos, cuando vi por televisión los Juegos Olímpicos, en los cuales aparecía mi vecino Juan Guillermo Urán y lo vi competir y como que me llamó la atención qué era clavados, cómo se hacía, lo bonito que se hacían los saltos”, así inicia la historia de la bellanita Daniela Zapata Correa en el deporte de los saltos ornamentales o clavados, a lo que el exclavadista que fue la primera fuente de inspiración nos responde: “me genera felicidad y una gran responsabilidad, en el sentido de aportar mi conocimiento y llevar a los deportistas de clavados a lo más alto en este deporte”.
Daniela y su familia, que vivieron parte de su infancia y adolescencia en el barrio Pachelly, buscaron a Diana Marcela, hermana de Urán, para que la orientarán en la exploración de este deporte y la formadora la contactó con el Centro de Iniciación y Formación para el Alto Rendimiento – CIFAR, de la Liga de Natación de Antioquia, allí pasó por tres modalidades: natación, water polo y clavados y, cómo el enfoque estaba claro, se decidió por dar el salto desde el trampolín.
Para Daniela no ha sido fácil desde el comienzo, palabras que de ninguna manera son sueltas, porque ella siempre tuvo la desventaja de empezar en la práctica cuando la edad estaba al límite. De haber tardado seis meses más no le hubieran permitido seguir los pasos de Urán, que ya había participado en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, Atenas 2004 y Beijing 2008. Como llevaba dos años más que los demás niños, el entrenador Wilson Molina la acompañó en el proceso hasta el año 2021 y por eso dice, dibujando una sonrisa en su rostro, “gracias a él soy la deportista que soy hoy”.
Juan Guillermo Urán hace parte actualmente del equipo de entrenadores y para ella el aprendizaje ha sido significativo porque “es la perspectiva de un deportista que lo vi entrenar y que ahora es mi entrenador, entonces es chévere aprender de todas las experiencias que trae consigo”.
Una carrera llena de medallas
Su primera medalla fue en el último año de infantil, en una competencia en Cali a la que solo iba a conocer cómo era la dinámica. Sus compañeros habían participado en la categoría novatos, los primeros años de infantil, pero por la particularidad de su proceso, fue en ese campeonato en el que se colgó su primera presea en la modalidad de plataforma. “Cuando anunciaron los resultados, me anunciaron a mí de segunda, gané medalla de plata y ni mi mamá, ni mi papá, ni yo nos la creíamos. No creímos hasta el último momento. Fue muy feliz y enriquecedor”.
En adelante se acostumbró a estar en los primeros lugares. En 2014 fue campeona suramericana en Cali, campeona panamericana en el 2019, pero cuenta como un gran logro su primera participación en un mundial abierto en el año 2017 en Budapest, Hungría. Después vino la pandemia y las competencias se suspendieron, pero en 2021 en un campeonato suramericano obtuvo una medalla de oro y una de plata.
En junio pasado la Federación Internacional de Natación – FINA repitió la sede del mundial de este deporte en Budapest y allí estuvo Daniela para medirse a las mejores y ubicarse en el lugar 18 de la competencia. Zapata viajó luego a los Juegos Suramericanos, en Asunción, Paraguay, y allí se alzó nuevamente con el dorado y una plata y, para finalizar competencias internacionales, se dirigió a Berlín, en Alemania, para disputar la copa mundo y ubicarse sexta en la general del certamen deportivo, justo el día de su cumpleaños, el pasado 20 de octubre. “El hecho de ganarle a algunos países que sí son fuertes, se siente como que sí te las vas creyendo, que sí eres buena en el deporte, que sí ha valido todo el esfuerzo que has llevado y que puedes seguir por más”, puntualiza sobre los resultados obtenidos este año.
Esta amante de su familia, los viajes, el reggaetón, la fotografía y la publicidad y el mercadeo, entrena seis días a la semana, “más el entrenamiento que no se ve, que es alimentación, dormir bien, cuidarse de fiestas, entonces ahí están tus preferencias. Las decisiones que empieces a tomar para alcanzar tus metas personales, eso es lo que a uno le da satisfacción al final”, advierte sobre lo que implica dedicarse al deporte de alto rendimiento.
Un sueño de cinco anillos
Sin dudarlo un segundo, Daniela responde a la pregunta por sus sueños que el suyo es “clasificar a unos Juegos Olímpicos”. Para lograrlo ya está enfocada en prepararse para los clasificatorios que inician este año con miras a la cita olímpica de París 2024, no lo quiere postergar para el 2028.
En los chequeos nacionales ocupó el primer puesto en la modalidad de trampolín y prepara maletas para saltar en las piscinas del mundial de Fukuoka, en los Juegos Panamericanos en Santiago de Chile, en los Juegos Centroamericanos y los Juegos Nacionales, en los que deberá alcanzar más de 300 puntos u ocupar la posición 12 en el mundial para acariciar su sueño, un sueño que espera compartir con la ciudad que la vio crecer para emular el salto que algún día, a través de la televisión, le vio a un bellanita en Pekín.
Sin un escenario deportivo apto para la práctica de la natación competitiva en la ciudad, Daniela Zapata, el orgullo de Elizabeth Correa y William Zapata, le sigue los pasos a Juan Guillermo Urán con el firme propósito de convertirse en la segunda clavadista bellanita en unos Juegos Olímpicos. Ella nació en un bravo pueblo de gente esforzada y, en París, levantará muy alto el mentón.
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