Por: Camilo Andrés Moreno Tamayo / Director
Quien entra y vive la experiencia creerá por un momento que el restaurante Raíces lleva años con las puertas abiertas, pues el ambiente, la atención y los sabores que tiene su oferta gastronómica parecen haber madurado con el tiempo, pero no. Raíces llegará a su segundo aniversario apenas en diciembre y desde su apertura han pasado muchas historias que lo han consolidado entre los comensales bellanitas.
Andrés Henao, su chef y propietario, llegó a las cocinas siendo steward o lava platos, en uno de los restaurantes de la cadena “Triada”, en Medellín, y desde allí fue ascendiendo a otras responsabilidades con las que fue conociendo los secretos de la culinaria, más allá de los que aplicaba para hacerle la comida a los hermanos de los que era responsable en su natal barrio Popular 1. Después de esa experiencia, fue chef del Restaurante Guadalupe, del que vive muy agradecido, pero nunca perdió de vista su sueño: crear su propio restaurante. Un día cerró los ojos, unió sus ahorros con los de Manuela Bran, quien fuera su pareja, y en diciembre de 2019 abrieron Raíces, en una antigua casa del barrio Pérez, con el propósito de “aprovechar la temporada de diciembre, aunque nos faltaban algunas cosas”, dice Henao recordando con nostalgia aquellos días.
Uno, dos, tres, tal vez diez personas le daban la oportunidad a esta nueva opción gastronómica y día tras día y una voz tras otra fue llevando a nuevos clientes, pero justo allí llegó el inesperado COVID-19 y ahí fue Troya, como para todos. ¿Qué hacer para enfrentar la pandemia? “Domicilios de tortas”, fue la respuesta y así fueron sorteando algunos gastos hasta que para los “Días de la madre”, porque hay que recordar que fueron varios, empezaron a ofrecer productos de la carta que se acoplaran a la entrega en casa y allí despuntaron. Las cosas fueron volviendo a su cauce.
Cuentan Andrés y Manuela, que, para septiembre de 2020, en una publicación que hicimos en El Bellanita, preguntando por opciones gastronómicas, varias personas recomendaron a Raíces y desde ese momento mucha más gente empezó a llegar y el crecimiento no ha parado su ascenso. Ya no daban abasto, por eso en febrero de este año, Andrés y los meseros cambiaron el delantal y los uniformes por camisetas y pantalones usados, durante tres meses, para dedicarse a la albañilería, con el fin de hacer las reformas que hoy muestran otra cara del restaurante: dos plantas de diseño propio acondicionadas con espacios para el confort de los visitantes y techo corredizo, que reinauguraron el pasado 20 de mayo. “Sufríamos mucho con el techo cuando llovía porque era de bahareque. Una vez cayó un aguacero impresionante y había una parejita en una mesa y nos tocó hacer mucha fuerza para que no pasara nada y a los pocos minutos que se fueron se desprendió un pedazo del techo sobre esa mesa. No podíamos esperar más, teníamos que mejorar el espacio”, cuenta Andrés.
Raíces no es una copia de otro restaurante. No es exclusivamente mexicano, ni de mar, ni de parrilla, ni de hamburguesas, ni italiano, son todos a la vez. Por eso es un lugar indicado para las familias, en las que comúnmente confluyen varios gustos. Tiene como plato estrella unas costillas al vino de 800 gramos, con las que es muy posible pasarse por la faja las normas de etiqueta cuando de chuparse los dedos se trata, los huesos se desprenden de la carne con facilidad, como lo dice en todos los decálogos de los expertos parrilleros. Esta receta siempre la guardó como secreto para cuando cumpliera su sueño y hoy somos muchos los privilegiados de disfrutarla. Pero no podríamos parar ahí. Desde los patacones de entrada, pasando por el ceviche de camarones, el atún encostrado en semillas de sésamo, el tomahawk de cerdo, el sterling o la botanita, todo es un viaje de sabores que vas a querer repetir una y otra vez, claro está, después de darle un repaso a la carta.
De los precios ni hablar: responsables, justos y asequibles. Puedes encontrar platos desde $16.900, que es una hamburguesa artesanal, las afamadas costillas que tienen un valor de $34.900, que también tienen una versión baby, hasta una parrillada argentina de $50.900, que es para compartir.
Pero, ¿por qué Raíces? “Porque a mí me gustan mucho los platos típicos, que son nuestras raíces y porque toda nuestra oferta gastronómica tiene un sello que es artesanal, todo lo hacemos aquí. Raíces, es el sabor de la vida, como lo dice nuestro eslogan”, manifiesta Andrés, mientras muestra una planta enredadera con la que indica que hace parte de la propuesta estética del lugar.
El que entra a este restaurante no se siente mal atendido, porque Andrés, Manuela y todo el equipo tienen una cosa clara: solo con el apoyo de sus comensales podrán seguir echando Raíces.
Ubicación:
Calle 52 N° 52 – 51 – Barrio Pérez
Redes sociales:
Facebook: Raices Bello
Instagram: @Raices_Bello
Celular: 300 236 80 30
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Nota: esta crónica no es pauta publicitaria. Los contenidos en los que recomendamos establecimientos de comercio no tienen ningún costo, ni son sujetos de programación. Como parte de nuestros hábitos de consumo visitamos lugares que si son de nuestro agrado los recomendamos.
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