Informe especial
El pasado martes se conoció en Bello la denuncia de una madre sobre un presunto caso de violencia sexual, contra una menor de seis años, que se habría presentado en el Colegio San Francisco de Asís el 21 de julio. El Bellanita se dio a la tarea de contrastar la información con las distintas fuentes implicadas.
Así habrían sucedido los hechos
Solo hasta tener el dictamen del Instituto Nacional de Medicina Legal en mano, la madre de la menor decidió contar lo sucedido a los padres de familia con los que comparte un grupo de WhatsApp. “Yo decidí contar a los padres con el único objetivo de invitarlos a analizar posibles cambios de comportamientos en sus hijos para prevenir otros casos que se puedan presentar”, expresó la mujer a El Bellanita. En el relato la progenitora indicó que “cuando la recogí en el Colegio, lo primero que me manifiesta (la niña) es que se había caído y me mostró que tenía un raspón muy leve, de hecho, no correspondía a un raspón de una caída fuerte. Ella me manifiesta que también tiene dolor en su vagina y yo le pregunté que qué era lo que estaba haciendo y me dijo que estaba corriendo y se había caído y se había aporreado con el zapato. Yo le creí su versión y supuse que era posible que en la caída se hubiese aporreado los genitales y al llegar a la casa a cambiarle el uniforme veo que la niña tiene una mancha de sangre en el pantie. En creerle que fue una caída, le cambié su pantie, pensé que no iba a sangrar más, pero en la noche, cuando iba a ponerle la pijama, el pantie que le había puesto estaba también manchado de sangre y la niña me manifiesta que no quiere ir al colegio. Ella sigue cerrada en la misma versión, que fue en la caída que se aporreó sus genitales, pero en vista de que ella me manifestó que no quería ir al colegio, que había sangrado esa noche también y en la mañana, al levantarnos para ir al colegio, también manifestó dolor cuando orinó, entonces me fui con ella para urgencias, en la Clínica Las Américas. Allí, cuando la examinó la ginecóloga, inmediatamente activaron el “Código fucsia”, porque las lesiones que encontraron en la niña obedecían a un abuso, ese es el parte médico. El hospital dice que hubo acceso, por las lesiones que tiene la niña, que evidentemente no fue el zapato, porque el zapato no cabe en la zona vaginal de la niña y, que por lo tanto, las lesiones no podrán ser causadas en el punto en el que estaban causadas al interior de la vagina por el zapato”. Por otra parte, el dictamen de la ginecóloga forense de Medicina Legal apunta a que hubo tocamientos al interior de la vagina de la menor y que las lesiones son ocasionadas por una uña. Después de la activación del “Código fucsia” en este centro asistencial, la mujer instaura la denuncia ante el CAIVAS (Centro de Atención Integral a Víctimas de Abuso Sexual) de la Fiscalía el lunes 25 de julio.
A partir de este momento la familia emprendió un proceso legal ante las instancias pertinentes con el propósito de que los organismos responsables de impartir justicia intervengan, investiguen y den con el responsable del hecho. Al preguntarle a la madre por alguna información que tenga a disposición, que permita la identificación de la persona responsable de lo sucedido, asegura que “no tengo la certeza de quién fue, pero sí tengo la certeza de que fue en el colegio”.
Al exponer lo ocurrido, algunos padres manifestaron que sus hijos temían entrar al baño del colegio y se aguantaban las ganas de orinar durante toda la jornada, mientras un caso puntual se refiere al temor de una menor a quitarle los pantalones, en el momento que sus parientes se aprestan a cambiarla de prendas.
Ni la institución, ni la institucionalidad intervinieron a tiempo
Cuando la madre expuso el caso con otros padres de familia, estos decidieron solicitar una reunión con las directivas con el propósito de conocer lo que estaba ocurriendo en el colegio, pero el espacio no fue aceptado, en cambio el pasado miércoles 10 de agosto la institución emitió una circular, dirigida a la comunidad educativa, que tenía como asunto una “Aclaración de convivencia escolar”. En el desarrollo de la misiva se explican los protocolos que implementa el cuerpo docente durante los descansos y aunque en el punto 8 se expone que “en caso de alguna eventualidad el colegio, obligatoriamente, debe activar el protocolo según lo establecido por la norma y reportará a las autoridades competentes”, la institución no activó el protocolo si no hasta que la madre buscó la intervención de la Personería Municipal el 2 de agosto, día en el que representantes del ministerio público visitaron el colegio sin encontrar al rector o coordinador presentes, ante lo cual notificaron la visita al día siguiente. Lo que indica que habían pasado doce días desde la ocurrencia de los hechos, pero la institución no había activado el protocolo.
Fue hasta ese 2 de agosto cuando la madre de la menor recibió la primera llamada del Presbítero Luis Eduardo Yepes Zuleta, rector de la institución, momento en el que la mujer le hizo saber que la actitud de la institución con lo acontecido le parecía reprochable.
En uno de los apartados de un comunicado emitido por la Secretaría de Educación este miércoles 17 de agosto, se lee que “en su momento, la Secretaría de Educación hizo el acompañamiento, dio orientaciones y verificó que dicha ruta se activara, garantizando el debido proceso y el derecho a la intimidad y la reserva de la estudiante”, versión que desmiente la madre al indicar que ese acompañamiento no ha sido real y que tal como ocurrió con el centro educativo, la dependencia también conoció la situación por la visita de la Personería.
El Bellanita consultó con el Personero Municipal, Bernardo de Jesús García Benjumea, sobre la intervención de este organismo de control en este caso, a lo que el funcionario respondió: “desde la Personería Municipal le ofrecimos a la madre todo el acompañamiento institucional frente al caso, que es un caso que requiere un acompañamiento y un tratamiento especial, por las personas que están allí vinculadas. Nos trasladamos a la institución educativa donde hacemos unos requerimientos y, efectivamente, encontramos debilidades en el desarrollo y ejecución de los protocolos en este caso. Le pedimos a la institución que activara esos protocolos, que se hicieran las respectivas denuncias tanto ante la Fiscalía General de la Nación y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar para que se lleven las investigaciones, empiecen los procesos de restablecimiento de derechos y, obviamente, para que se de claridad y se investigue estos hechos con mucha celeridad”.
Según la madre de la menor, algunas de las fallas en el protocolo tendrían que ver con la falta de suficientes cámaras que permitan la efectiva vigilancia de las eventualidades que se presenten al interior del colegio.
El COSFA dice que no se ha determinado que los hechos ocurrieron en la institución
Después de conocer la circular emitida el pasado 10 de agosto, contactamos a la institución para conocer su posición oficial sobre la situación y se nos informó que nos compartirían un comunicado posteriormente. En este documento, que en efecto recibió este medio, el Colegio Parroquial San Francisco de Asís “rechaza rotundamente cualquier acto que atente contra la integridad de nuestros niños” y para referirse a la denuncia señala que “dicha situación, se encuentra en proceso de investigación por parte de las entidades competentes, pues aún no se ha determinado el lugar donde sucedieron los hechos del presunto abuso de la menor”, posición que contrasta con la de la madre, que argumenta tener la claridad de que el abuso sí ocurrió al interior del plantel educativo.
ICBF pide celeridad en la investigación
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar emitió un comunicado en el que expresa que “verificó los derechos a una niña de seis años, presunta víctima de violencia sexual en una institución educativa en el municipio de Bello, Antioquia. Una vez el ICBF conoció la denuncia, luego de haberse activado el código fucsia por parte del sector salud, designó un equipo interdisciplinario que verificó los derechos de la niña y estableció apoyo para su entorno familiar”.
La entidad hizo un llamado a las autoridades judiciales para que prioricen este tipo de actos que atentan contra la infancia, con el fin de disminuir las cifras de impunidad.
A casi un mes de haberse presentado la situación, la menor no quiere volver al colegio por lo que adelanta sus tareas desde casa y ha pedido ser cambiada a otra institución. El único interés de su madre es que se esclarezcan los hechos y que se haga justicia para evitar que más menores sean víctimas de violencia sexual.
La violencia sexual contra los menores en Colombia
Un estudio del Laboratorio de Economía de la Educación de la Pontificia Universidad Javeriana, de Bogotá, basado en datos oficiales de la Fiscalía General de la Nación, indicó que en 2021 se presentaron en el país 43.993 denuncias sobre delitos sexuales y de estas 27.000, que corresponden al 61%, tienen como víctimas a niños, niñas y adolescentes.
El informe expone que “los delitos sexuales afectan el desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes, sin embargo, sus efectos son diferenciados de acuerdo con el rango etario… En cuanto a la población en edad escolar, es decir, mayor a 6 años, su conducta es la más afectada ya que tiende a volverse extrema en términos de la timidez y soledad o agresividad, todo causado por un “daño psicológico, que en la mayoría de casos genera una perturbación en el desarrollo sexual del menor y repudio al sexo masculino en el caso de las niñas o viceversa, de acuerdo con el sexo del victimario.”
El análisis de este centro de educación superior pone de presente una preocupación y es la revictimización que tienen los casos de violencia sexual contra menores en el país, toda vez que el porcentaje de personas imputadas, de acuerdo con el número total de casos denunciados, es de solo 13% en los últimos dos años analizados y su porcentaje más alto fue de 20% en los años 2016 y 2017.
¿Qué es el “Código fucsia”?
Este código se refiere al Protocolo de Atención Integral para Víctimas de Violencia Sexual. Cuando este protocolo se activa se ponen en marcha rutas de atención para tres sectores: salud, protección y justicia. En cualquier caso de violencia sexual una persona que resulte afectada puede dirigirse a un centro asistencial, al CAIVAS (Centro de Atención Integral a Víctimas de Abuso Sexual) de la Fiscalía o a una Comisaría de Familia y cualquiera de estas instancias activará las rutas de atención para las tres que se han concebido.
Discussion about this post